29 de Mayo de 2012
A djetivos como ‘duro’ o ‘triste’ salpican el discurso de Juana Gómez, la nueva presidenta del Colegio Oficial de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de Burgos. Se refiere al presente del estado del Bienestar y a cómo las políticas implantadas por el Gobierno central para hacer frente a la crisis lo están mermando y haciendo que retroceda la calidad de vida de la que se ha estado disfrutando en este país durante muchos años. Por eso, echa de menos que no haya más protestas en la calle: «La población todavía no es consciente de todo esto, lo vemos en las manifestaciones, que aunque son bastante multitudinarias no lo son lo suficiente; si hubiera suficiente conciencia social y solidaridad, si fuéramos conscientes de lo que se nos avecina nos movilizaríamos más porque en otras épocas lo hemos hecho».
Por su experiencia -lleva más de 30 años trabajando en el ámbito del Trabajo Social, actualmente en el centro de salud García Lorca- afirma con rotundidad que la sociedad está perdiendo calidad de vida «con todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí» y teme que se vuelva a la caridad: «Si no tienes para comer, ¿quién te va a dar? Pues las instituciones caritativas como Cruz Roja, Cáritas u otras ONG que si, además, no están dotadas de recursos materiales y financieros ¿de dónde lo sacarán? ¿de la voluntad ciudadana? La atención que habíamos conseguido que se considerara un derecho ¿volverá a ser graciable? Es muy triste y muy duro».
A su juicio, el colectivo más afectado por los recortes va a ser el de los inmigrantes: «Se me parte el alma cuando vienen a gestionar tarjetas y el sistema no nos lo permite. Aún no hay órdenes concretas en este sentido pero nos lo estamos temiendo». También se duele de que sean «siempre los mismos» los que paguen el precio de la crisis económica que está sufriendo el país.
Juana Gómez asegura sentir «impotencia profesional» porque cada vez más recursos sociales o se están recortando o van a desaparecer como las ayudas a la tercera edad o a la discapacidad que sí se están tramitando «pero no se están resolviendo». En este sentido, destacó la situación que se está viviendo con la renta garantizada de ciudadanía -que este colegio ya denunció en su día- en el sentido de que tiene múltiples complicaciones para que los ciudadanos puedan acceder a ella. Y aunque la directora general de Acción Exterior de la Junta, María de Diego, dijera en estas mismas páginas en el mes de marzo, que iba a buscarse un acceso más simple a esta ayuda, los trabajadores sociales no han notado ninguna diferencia por el momento.
Destacó, por otro lado, el perfil de los nuevos usuarios que llegan a los despachos de los trabajadores sociales: «Es la clase media que se ha quedado desprotegida. Llegan con vergüenza y tristeza porque no tienen para comer». Y explica que su colectivo no tiene una varita mágica para solucionar los problemas, más aún cuando se temen que el recorte también les llegará: «El área de Sanidad es una privilegiada porque hay un trabajador social en cada centro de salud salvo en dos casos pero en Servicios Sociales, sobre todo en Gamonal, no dan abasto porque no se cubren las bajas de los compañeros».
Por otro lado, le gustaría que se borrara la imagen que se tiene de los trabajadores sociales como «expendedores de recursos»: «No solo somos eso; los recursos los utilizamos para tratar situaciones de necesidad pero somos una profesión científica que atiende a las personas en situación de carencia y necesidad, que potencia sus propios recursos para que salgan adelante y ayuda, motiva, orienta y acompaña en ese proceso de resolución de problemas».
DIARIO DE BURGOS, Angélica González / Burgos - martes, 29 de mayo de 2012