20 de Noviembre de 2016
El compromiso de los leoneses permite a la oenegé SED mantener en Honduras un centro de rehabilitación y reinserción social de menores. Cinco historias sirven para concienciar de la importancia de los 60.000 euros que llegan desde León.
Son niños, vulnerables, pero sus historias están cargadas ya de sufrimiento y carencias. En Honduras, país en el que la oenegé SED (Solidaridad, Educación y Desarrollo) colabora en un centro de rehabilitación y reinserción social, hay 10.000 menores en la calle. Por el centro Horizontes al Futuro, situado en la localidad hondureña de Comayagua, que cobija este año a 37 niños (es sólo masculino) han pasado ya 25 leoneses como voluntarios desde 1993, año de su apertura. El centro se mantiene gracias a la solidaridad de los leoneses. SED de León enviará este año al centro 59.910 euros, el 75% del gasto total de mantenimiento del centro.
La oenegé SED, celebrará el Día Universal del Niño, que se conmemora el 20 de noviembre organiza un acto en la plaza de la Catedral a partir de las 17.00 horas. El objetivo es concienciar de la vulneración de los derechos de la infancia, sin oportunidades para estudiar, sin una comida asegurada al día, creciendo en un ambiente violento, si médico porque no se lo pueden pagar.
El trabajo de SED y la colaboración y el compromiso de los leoneses ayuda a mantener el centro de Comayagua con 60.000 euros, el 70% de su presupuesto total. La oenegé muestra en este reportaje la historia de cinco niños, cinco vidas recuperadas de la calle gracias a la solidaridad de los leoneses. Niños de la calle que han encontrado una oportunidad para cambiar su suerte. «La Convención sobre los Derechos del Niño’ recoge una lista que se vulneran en muchos países», aseguran desde la oenegé en León. Las historias de Eduard, Edwin, José Luis, Hugo y Carlos Josue tienen algo en común. Los cinco están en el centro hondureño, formándose en un ambiente sano, que les permite crecer como personas y en un futuro, estar cualificados para encontrar un trabajo y poder vivir dignamente.
Edwin Noé Gómez es el más pequeño de cuatro hermanos. Su padre se suicidó con pesticida y su madre se fue a trabajar dejándole con su abuela, quien le utilizaba para robar por las casas, en la escuela y en las calles hasta que el Dinaf —Dirección de la Niñez, Adolescencia y La Familia— tras una investigación, le retiró la custodia. Ahora aprende otros comportamientos en el centro que se mantiene con la ayuda de los leoneses.
El dinero que llega de León ha dado otra oportunidad a Carlos Josue Morales. Con tan solo 8 años llegó a vivir más de un año en la calle porque se escapó de su casa. Su padrastro le pegaba.
José Luis Rochez no conoció a su padre. Tiene 7 hermanos por parte de madre y desde muy pequeño tuvo contacto con las maras (pandillas centroamericanas). Con 9 años se escapaba de casa y del colegio. Las peleas con sus compañeros eran frecuentes y comenzó a probar drogas. Una historia similar a la de Hugo García Valladares, que con 7 años, vivía con su madre y sus tres hermanos en una casa de 3 m2. Mientras su madre ejercía la prostitución para poder mantenerles, comenzó a robar, fumar y beber. Eduard A. S. presenció la muerte de su padre a manos de unos ‘mareros’ y con 9 años se escapó de casa y comenzó a vivir en la calle, a esnifar pegamento, disolvente y otras drogas hasta que le detuvo la policía y le trasladaron a Horizontes al Futuro.
Edwin Noé Gómez tiene 8 años y está aprendiendo a leer y escribir. Carlos Josue Morales, de 13 años, sueña con llegar a ser piloto. José Luis Rochez, de 17 años, está estudiando soldadura en estructuras metálicas y quiere ser un gran profesional. Hugo García Valladares, con 22 años, estudia Administración en la Universidad mientras trabaja como educador en el mismo centro, ayudando a niños que están pasando por los mismos problemas que vivió él y su sueño es terminar los estudios y crear una pequeña editorial de cómics. Eduard A. S. tiene 11 años y quiere ser bombero.
«Y el sueño de quienes formamos parte de la oenegé SED es ayudarles a conseguirlo», explican.
Pero el centro no sólo recibe dinero de León. 25 leoneses voluntarios se han desplazado a Honduras para trabajar con los niños. Es el caso de Hugo Moratiel, de 27 años y estudiante de Trabajo Social, decidió hacer un alto en su día a día e ir a conocer el trabajo que se desarrolla en el centro. «Un trabajo que requiere de mucha constancia ya que dejar estos hábitos, en una sociedad marcada por la violencia, no es tan sencillo». Como Hugo Moratiel, otros leoneses han pasado por este proyecto que la oenegé SED apoyo desde sus inicios. Ofrecen talleres de Formación Profesional para jóvenes de familias necesitadas, cubren los estudios de los 36 chicos internos, sus gastos de ropa, aseo personal, atenciones médicas, y potenciación del crecimiento personal con el desarrollo de las habilidades personales y sociales.
El centro es sólo para niños. En esta edad, los niños y las niñas reciben atención por separado, aunque cuando estudian fuera asisten a aulas mixtas. El objetivo es evitar los embarazos precoces.
Para financiar todo el trabajo y recordar la importancia de la garantía de los Derechos de la Infancia, la organización SED ha organizado una serie de actividades infantiles que tendrán lugar el domingo en la Plaza de la Catedral desde las 17.00 horas. Habrá juegos cooperativos, pintacaras y cuentacuentos, que finalizarán con la lectura de un manifiesto y una suelta de globos solidarios que se podrán adquirir allí mismo por 2 euros.
El Ayuntamiento de León y los centros juveniles de Don Bosco también han organizado actividades para recordar a la sociedad la vulneración de los derechos de la infancia. En los centros educativos de Primaria y Secundaria se leerá un manifiesto y se soltarán globos el viernes y el sábado habrá juegos y lectura de manifiesto en la Plaza de la Catedral por Don Bosco
Además de los 36 colaboradores privados de León, que aportan 150 euros al año cada uno, y los 21 de Oviedo, con una cuota de 90, el Colegio de Trabajadores Sociales de León también colaborado con el proyecto de Hunduras que se utiliza para cubrir los gastos educativos de estos chicos y rel resto de la financiación se cubre con las actividades del grupo de las personas voluntarias con la venta de artesanía, celebración de los derechos de la infancia, cestas de productos de comercio justo, camisetas, etc.
«Conseguimos dinero presentando el proyecto a las convocatorias públicas de subvenciones y en concreto este año Diputación de Burgos aportó 19.376,10 euros para el proyecto. También la Junta Vecinal de Pradorrey y el Ayuntamiento de Brazuelo han colaborado con una beca educativa en dicho proyecto (150 euros cada uno).